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jueves, 6 de febrero de 2014

Torneo del Passo Honroso

   El Passo Honroso fue un torneo que tuvo lugar en el puente de la localidad de Hospital de Órbigo en la provincia de León (España). En realidad se trató de un espectáculo motivado por el afán de protagonismo de un “caballerete” cortesano, ya ni siquiera feudal, en el contexto de la decadencia medieval remedo de las que las leyendas narraban los caballeros andantes y estas, a su vez, parodia desacralizada de la búsqueda del Santo Grial, que ocupó la mejor poesía trovadoresca del siglo XIII.

   La acción sucedió en el Año jacobeo de 1434. El caballero leonés, Suero de Quiñones, de familia insigne, pidió audiencia al rey Juan II de Castilla para exponer una petición. El rey se hallaba por entonces en el Castillo de la Mota (Medina del Campo -Valladolid) con toda su familia.
   Este noble joven, empapado su espíritu en las hazañas de los caballeros andantes y en las novelas de caballería venía a pedir un extraño permiso al monarca.
   La petición era obtener el permiso para llevar a cabo un torneo especial en que tendrían que participar a la fuerza todos los caballeros que pasaran por el lugar elegido rompiendo tres lanzas cada uno contra él o sus amigos, el lugar era el puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.

   La justa o torneo tendría lugar durante un mes  15 días antes y 15 días después del 25 de Julio, festividad de Santiago  en la explanada vecina al puente de Órbigo, en que Suero de Quiñones, como hemos dicho antes, estaría acompañado de sus mejores amigos. Finalizado el torneo cuantos hubiesen intervenido en el se trasladarían a Compostela en peregrinación y depositarían a los pies del Apóstol los trofeos que hubieran conseguido y las armas que hubiesen utilizado.

   El motivo que alegó Don Suero para esta convocatoria fue la liberación del ayuno y de una argolla metálica que llevaba colgada al cuello cada jueves, como prueba de amor hacia su dama cuyo honor le impedía decir su nombre y que se trataba de Doña Leonor de Tovar.
   El rey no solo no castigó aquella locura, ni siquiera se rio de ella ni mando al caballero a que se dedicara a algo más útil si no que le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitando a los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo. El torneo comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto del mismo año, durante todo este tiempo los caballeros estuvieron dándose lanzadas y derribándose de los caballos, mordiendo el polvo y machacándose los huesos. Sólo hubo un descanso el día 25, festividad de Santiago. Se levantó el tinglado junto al puente y cada día se comenzaba con una misa solemne y se terminaba con un gran festín pantagruélico para todos aquellos que podían mantenerse todavía en pie.Por fortuna, en medio de tanta violencia varonil y gratuita las crónicas cuentan que sólo hubo una muerte al cabo del mes, la de un caballero catalán llamado Asbert de Claramunt, que recibió un lanzazo en un ojo atravesándole el cerebro. Parece ser que la Iglesia prohibió que se le enterrase en lugar sagrado, porque tenía oficialmente prohibidos los duelos, a pesar de que cada día confesaban a los contendientes antes de cada encuentro y celebraban cada mañana la Eucanistía antes del comienzo de las Justas.

   Cuando terminó el torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en peregrinación a Santiago a cumplir con la promesa hecha. Don Suero depositó allí la argolla y la cinta azul que simbolizaba su amor por la dama y en la que estaba escrita una leyenda que lo atestiguaba:
“Si à vous ne plait de avoir mesure,
certes je dis que je suis sans ventur”.

“Si no os place corresponderme,
en verdad que no hay dicha para mí”

   En la actualidad esta cinta se halla alrededor del cuello de una imagen de Santiago Menor que está en la catedral, en la capilla de las reliquias. La argolla es una gargantilla de oro y se encuentra en el relicario del Apóstol.


   Don Suero moriría 24 años más tarde, alanceado por otro caballero en un torneo también competitivo.
   En este siglo XV ya no se hacían justas caballerescas al estilo de Chrétien de Troyes.[ ]Fue simplemente una moda o un juego, pero de tal envergadura y renombre que hasta Don Quijote se refiere a este caballero leonés de la siguiente forma:
“...digan que fueron burlas las Justas de Suero Quiñones del Passo, las empresas de Luis de Faces contra don Gonzalo de Guzmán, caballero castellano, con otras muchas hazañas hechas por caballeros cristianos, tan auténticas y verdaderas, que torno a decir que el que las negase carecería de toda razón y buen discurso”
   Desde 1951 en el puente de Hospital de Órbigo puede verse un monolito con los nombres grabados de todos los que pelearon junto a Don Suero: Lope de Estúñiga, Diego de Bazán, Pedro de Nava, Suero Gómez, Sancho de Rabanal, López de Aller, Diego de Benavides, Pedro de Ríos y Gómez de Villacorta.

   Aquel torneo fue conocido como El Passo Honroso y fue narrado y cantado por muchos poetas de la época. El notario real Pero Rodríguez de Lena dejó por escrito una crónica del hecho.

   Desde 1997 el primer fin de semana de junio, Hospital de Orbigo celebra sus justas medievales del paso honroso, en recuerdo de aquella hazaña y como atracción turística declarada Fiesta de interés turístico regional. Miles de damas, caballeros, mercaderes, campesinos, reyes, brujas, bufones, monjes, mesoneros… todos ellos ataviados con sus mejores trajes, escudos, espadas y música, llenan las calles de la villa adornada con pendones, banderas, mercado y mesones. La fiesta culmina en la tarde del domingo con el Gran Torneo en el palenque donde hacen su aparición los caballeros con sus damas y escuderos para enfrentar sus lanzas a lomos de sus corceles, recreando la victoria del hijo del Conde de Quiñones.

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