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jueves, 22 de agosto de 2013

Equipaje para el Camino


   

   Este tema ya la traté en el anterior Blog dedicado al mi primer camino de Santiago en Bici, pera ahora lo he actualizado y si entonces era una relación de las cosas que llevaría en las Alforjas de la bici elaborada a partir de los muchas listas que otros peregrinos en bicicleta habían publicado en sus respectivos blogs y de recomendaciones de diversas páginas WEB dedicadas a este asunto, en esta ocasión estará revisada en función de la experiencia propia del año pasado.
   Siempre con la misma premisa, pretendiendo que sea lo básico para el viaje y que su peso no supere el 10% del peso propio, o un máximo de 10-11 Kg.
   Otro punto importante es no llevar nada a la espalda, ni siquiera una pequeña mochila, todo debe cargarlo la bicicleta, por dos motivos, nuestra espalda y la estabilidad de la bicicleta.
    Y hay que recordar que no vamos a ninguna zona desértica, pasaremos por muchos pueblos y ciudades y podremos comprar cosas que vayamos necesitando en cada momento.

DOCUMENTACIÓN:
- Riñonera
- Cartera/Monedero
- DNI
- Carnet de conducir 
- Tarjeta de crédito x1
- Cartilla medico/SIP x1
-
Credencial x1 (FUNDAMENTAL PARA ALOJARSE EN LOS ALBERGUES Y OBTENER LA COMPOSTELA)
- Guías del camino x1
- Dinero para 5  días el resto por el camino

VARIOS
- Móvil x1(+cargador)
- Cámara de Fotos (trípode + cargador)
- Pen-Drive (útil cuando la tarjeta de la cámara se llena)
- Libreta y Bolígrafo
- Concha peregrino (Yo la llevo cosida a las alforjas)
- Gafas de sol x1, con su funda
- Linterna y un par de pilas
- Rollo Cinta americana
- Mechero
- Set de costura (de los que sueles estar en los hoteles)

ROPA VESTIR
- Pantalón bermudas
- Camisa/Nicky
- Calcetines x3
- Muda x2
- Bañador x1
- Mallas largas (Ocupan poco, son calentitas y sirven de pijama y de pantalón largo acompañando a los culottes cortos los días de frío)
- Chancletas
- Zapatillas victoria de lona (para descansar los pies por las tardes, pesan poco y ocupan poco espacio)
- Imperdibles/Pinzas x6 para colgar la ropa al lavarla
- Saco de dormir x1 técnico
- Funda almohada
- Toalla x1
- Saco de dormir (lo mas higiénico en los albergues, aunque en algunos dan sábanas de un solo uso y mantas)

ROPA BICI
- Maillot x2
- Culotte x2 (cortos si llevamos mallas)
- Forro polar delgadito o maillot de invierno para los días de frio, si llueve o hace mucho frio y viento, además el impermeable cortavientos
- Impermeable cortavientos (de color fosforito)
- Chaleco fosfotito (para cuando salimos a carretera)
- Bolsas de basura x2 para cubrir  si llueve o Cubremochilas impermeable para tapar las alforjas cuando llueve) y una cuerda para sujetarlo
- Gorra
- Zapatillas treeking (considero que son mejores que las zapatillas para pedales o con calas para la bicicleta, son mejores para andar)


MATERIAL BICI
- Bidón x1-2
- Casco x1
- Cuentakilómetros de bici
- Cadena de seguridad, modelo pitón de moto
- Guantes de bicix1
- Alforjas para todo el equipaje (Mejor de 3 cuerpos)
- Portabultos para llevar la mochila
- Pulpos x2  para sujetar el equipaje extra (Saco de dormir)



HERRAMIENTAS BICI
- Troncha cadenas x1 y eslabones de la cadena (x3-4) 
- Repara tubeless x2
- Bomba aire x1
- Cámara repuesto
- Llaves Allen
- Grasa lubricante (De teflón que son mas limpios y duraderos)
- Paño de limpiar y engrasar
- Guantes látex
- Navaja Suiza-Multiherramientas

HIGIENE
- Cepillo de dientes x1
- Pasta de dientes x1
- Champú/gel  x1
- Crema sol/hidratante x1
- Desodorante pequeño
- Rollo papel
- Cleenex
- Jabón lagarto

BOTIQUIN
- Tiritas
- Ibuprofeno
- Alcohol en Toallitas

- Vaselina
- Medicación Habitual





Parecen muchas cosas pero bien arregladas y con el tamaño adecuado ocupan lo justo.

Y por supuesto que no se olvide:
Un piedra del lugar de origen para depositar en el montículo de la Cruz de Ferro (Si se va a pasar por allí, como será nuestro caso).



viernes, 16 de agosto de 2013

ULTREIA, el Canto del Peregrino

   La relación de la música con el Camino de Santiago es tan antigua como el Camino mismo, en el Codex Calixtinus tenemos la primera referencia musical del camino con una serie de piezas litúrgicas en el libro I de Canto gregoriano, polifónicas y monódicas. Luego el apéndice I a su vez contiene 21 piezas polifónicas y en el Apéndice II se encuentra lo que ha sido el himno de los peregrinos desde el principio "Dum Pater Familias" y hasta hoy (nos referiremos a él mas adelante).
 
 
 
 
  Luego a través de los tiempos se han compuesto múltiples piezas musicales desde compositores reconocidos hasta anónimos peregrinos que se inspiraban en sus experiencias a lo largo del Camino para componer tonadas que les animaban en su travesía hasta Santiago de Compostela y que popularizaban o se perdían con el paso del tiempo.
 Con el resurgimiento del camino a finales de siglo XX y principios del XXI, además de recuperar algunas composiciones antiguas, se han popularizado algunas nuevas, ya sea de forma espontánea o por encargo de la Xunta para la celebración lo los años Xacobeos, entre estas podemos señalar "Hai un Paraíso" de Luar na Lubre para el Xacobeo del año 2003 o Carlos Nuñez, quien compuso "Camino de Santiago" para el Xacobeo del año 2010.
 
   Pero quiero llamar la atención acerca de una composición espontánea francesa que está popularizándose por su belleza y sencillez: "Ultreia, le Chant des Pelerins".
 
   Fue compuesta en 1.989 por el peregrino francés Jean Claude Benàzet, originalmente titulada "Tous les matins", se convirtió rápidamente en un himno muy popular entre los peregrinos que hacen el Camino de Santiago.
  Su estribillo se hace eco del canto medieval calixtino, transmitiendo la idea de un espíritu común que impregna de igual modo a los peregrinos de ayer y de hoy:
¡Ultreia, ultreia et suseia. Deus adjuva nos!
¿Qué significa esta expresión?
  • “Ultreia” está formada  por 2 palabras: “ultra” “eia” (ultra se traduce por “más”, y eia por “allá”).
  • Et.  Se corresponde a la conjunción copulativa actual ”y”
  • “Suseia” compuesta, a su vez,  por otras 2 palabras: ”sus” ”eia” y habitualmente se traduce por ”más alto” o ”hacia arriba” o ”allá arriba”.
  •  “Deus  adjuva nos”:  “Dios ayúdanos “
   La expresión no es latín clásico sino un latín contaminado, una expresión que aparece en un momento de predominio de las lenguas romances .
No podemos, sin embargo,  entender este canto sin comprender el espíritu del Camino de Santiago y su relación con el Codex Calixtinus escrito en el S.XII ,por el clérigo francés Aymeric Picaud.
Esta primera guía, denominada el Liber Sancti Jacobi, está dividida en trece etapas repartidas entre la frontera con Francia y Santiago. Suministraba detalles del itinerario, de los hospitales y del comportamiento de las gentes con quienes se encontraba en el recorrido. El modesto monje finalizó su obra en 1139 y ni siquiera la firmó con su nombre. Concedió su autoría al papa Calixto II por lo que pasó a llamarse Códex Calixtinus.
   Al final del códice, se encuentra el cántico Dum Pater familias donde dice: “herru Sanct Iago, got Sanct Iago, e Ultreia, e sus eias, Deus Adjuva nos”
   Como vemos, el estribillo del  himno compuesto por Jean Claude Benàzet,  tiene su origen en esta canción que cita el Codex Calixtinus; se entonaba , por tanto, ya en el siglo XII convirtiéndose en una especie de  saludo  medieval  que quería decir “más allá y más arriba, ayudanos Señor”, como pidiendo fuerza y energía para continuar el camino . Su significado vendría a ser como una expresión de ánimo entre peregrinos para decir siempre adelante (hacia Santiago, hacia el camino físico) y siempre hacia arriba (hacia Dios, hacia el camino espiritual).
 
   Os dejo la letra y traducción de este “Chant de Pèlegrin o Ultreia”  para su mejor comprensión a la hora de entonar este precioso canto.
 
Tous les matins nous prenons le chemin
tous les matins nous allons plus loin.
Jour après jour la route nous appelle
c’est la voix de Compostelle

Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!


Chemin de terre et chemin de foi,
voie millénaire de l’Europe,
la voie lactée de Charlemagne,
ces le chemin de tous les jacquets.


Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!
Et tout là-bas au bout du continent,
messire Jacques nous attend
depuis toujours son sourire fixe
le soleil qui meurt au Finistère.
Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!
Toda las mañanas tomamos el Camino
Todas las mañanas llegamos más lejos
Día tras día la ruta nos llama
Es la voz de Compostela

Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!


Camino de tierra y camino de fe
Vía milenaria de Europa
La Vía Láctea de Carlomagno
Es el Camino de todos los jacobeos.


Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!
Y allí en la punta del continente
El señor Santiago nos espera
Después siempre su sonrisa fija
El sol que muere en el Finisterre
Ultreia, ultreia et suseia
Deus adjuva nos!
 
 
 
 

martes, 6 de agosto de 2013

Personajes Curiosos del Camino


   Desde que el primer peregrino recorrió hace más de mil años el Camino de Santiago ha existido la picaresca. Buscavidas de toda índole en forma de hospitaleros, peregrinos, comerciantes, guías o incluso párrocos. La mayoría no hacen daño a nadie -tal vez sea esa la diferencia entre pícaro y maleante- y se dedican únicamente a vivir de lo que pueda darles la ruta. Una comida gratis aquí, un regalo allá… Otros simplemente buscan fama, ser reconocidos como el peregrino oficial o algo así.
   A partir del resurgimiento de la ruta Jacobea a principios de los 90, han surgido personajes curiosos entre los que hemos realizado el camino, que reportajes de TV y videos particulares los ha popularizado.

   Voy a hacer una breve referencia a los más conocidos, todo ello desde el mayor respeto posible, pues podemos decir que ellos son parte del Camino.
   Por orden de aparición en el camino Francés tenemos:

Pablito el de las Varas
   Hay varias formas para hacerse con un buen bordón. La primera es adentrarte en el bosque y hacerte con uno. La segunda es comprarlo en las muchas tiendas que lo venden a lo largo de la ruta. Y la tercera, la más entrañable, la más auténtica, es pasar a saludar a Pablito, Pablito de Azqueta, Pablito el de las varas.
   

   El tramo navarro del Camino no podría entenderse sin la presencia de este hombre que pasa de los setenta años y que espera en el campo o junto a su casa de Azqueta -siete kilómetros después de Estella- a que pasen los caminantes. Te saluda, te invita a pasar a su casa a tomar un café y te regala una vara. Una a tu medida. Él sabe. Prueba con una y con otra hasta dar con la que mejor vaya con tu altura y constitución.
  Con Pablito nunca se sabe cuándo seguirás hacia Monjardín. Con él la conversación es agradable y se puede alargar durante horas.

   Pablito atiende cada año a miles de peregrinos. Según sus cálculos, ha entregado ya más de 25.000 varas. Él mismo se ocupa de cortarlas en los bosques de Belate, aunque ahora, por eso de la edad, recurre a sus sobrinos para que le echen una mano. Elige las mejores varas de avellano, una madera flexible y recia al mismo tiempo. A cambio, no pide nada, pero por el cariño con el que enseña las postales y fotos que le envían los caminantes, se adivina que agradece una postal al llegar a Compostela.


Felisa de Logroño
   Os hablo de Felisa (Felisa Rodríguez Medel- Hospitalera del Camino de Santiago), conocida para los peregrinos, ya que aparecen referencias sobre ella en casi todas las guías editadas en varios idiomas sobre las rutas Jacobeas.
   Después de pasar Viana y antes de entrar en Logroño, pero disfrutando ya de sus vistas , nos encontramos un pequeño cartel, escrito a mano, que nos dice "INFORMACIÓN Y SELLADO A LOS PEREGRINOS" FELISA.

   Vivió hasta 1940 en una de las calles más emblemáticas de Logroño como es la Ruavieja, teniendo que salir de la misma, por la declaración de ruina de la casa donde vivían asentándose desde ese mismo año en su actual ubicación en el camino de Viana.
   La relación con el Camino de Santiago, llega en la década de los 80, cuando Jesús Martínez Cañas (Cura del barrio de San Antonio), le pide ayuda, para que se encargara de informar y sellar a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago, como es de imaginar la nómina para tal labor es de las que se cobran en el más allá.
   Aún con la dificultad que suponía no saber ni leer ni escribir, acepta el encargo. Estando desde entonces, como fiel guardián al pie del cañón
   Siempre atenta, si venía un caminante lo atendía y le preguntaba que si venían más , para no moverse de su puesto.
   El idioma nunca fue problema, ella no hablaba más que un castellano castizo, pero como el querer es poder, entre palabras y gestos se hacía entender, después de sellarles les invitaba a escribir lo que tuvieran a bien en hojas, posteriormente en libros; también eran invitados a refrescarse y descansar, muchas veces a pesar suyo en el suelo, ya que por más que había solicitado en todos los estamentos, no disponía más que de 2 bancos, insuficientes la mayoría de veces.
   Su oficina (mesa y sombrilla), no cerraba, lo más se cubría con un plástico para evitar que se mojarán los libros, vigilaba desde la ventana de su cocina, y si no a la sombra de la higuera esperaba la llegada de los caminantes.
   Esta labor la fue realizando con gran dedicación, acumulando trienios y quinquenios, aunque quiero suponer que con el mismo sueldo.
El  pago lo recibía día a día, con el agradecimiento y la sonrisa de cada uno de los que atendía. Cuando desde cualquier parte del mundo, le llegaba una postal dándole las gracias era como si de una paga extra se tratara.

   Felisa falleció el 20 de Octubre del 2002, muy cerca de cumplir los 92 años, además de sus familiares, seguro que son muchos los que la echarán en falta.

   Ahora cuando pasemos por el camino de Viana no encontraremos a Felisa, ella no estará pero si su mesa, su sello, su cartel y su hija Mari (María Teodora Mediavilla Rodríguez) con sus 70 años de edad , que después de haber vivido tantos años con su madre, y cumpliéndose: " Al que a los suyos parece honra merece", sigue atendiendo a los peregrinos, vecinos y caminantes de paso.


Marcelino Lobato

   Marcelino Lobato es otro de esos curiosos personajes que han surgido de la ruta. Con una credencial que, como si de un rollo de papel higiénico se tratara, mide varios metros, Marcelino se dedica a recorrer el Camino de forma incansable. Aparece en periódicos de toda España, asiste a la ceremonia de apertura del año Jacobeo con las autoridades y da conferencias como peregrino experto que es. Como famoso que se precie suele llevar fotos suyas para regalar. Por si fuera poco, lleva siempre encima un sello y un bote de tinta para estamparlo en las credenciales de los peregrinos que se encuentra en el camino. Genio y figura.


   La figura de Lobato vestido de Peregrino a la vieja usanza (siglo XII o XIII) forma parte de la historia actual del Camino de Santiago. Su foto está en numerosos albergues y lugares del camino.
    Un camino que recorrió por primera vez en 1071 y desde entonces ha repetido en varias ocasiones. La vida de Lobato gira en torno al Camino y sobre el versa las conferencias que suele dar basandose en numerosas anécdotas, historias y recuerdos en los que quiere contar las verdades y mentiras del Camino de Santiago.
   
   
   Cuando Marcelino se cansa de caminar, pasa los días en su “oficina”, una sencilla marquesina de madera en las afueras de Logroño en el parque de la Grájera, donde espera a los peregrinos, a quienes regala un rato de su amena charla, algo de fruta e incluso algún que otro bordón.

   Y no me cabe duda de que lo agradeces, porque el Camino está hecho de pequeños detalles como estos, que lo convierten en una ruta mágica incomparable con ningún otro recorrido del mundo. Además, ¿qué sería del Camino sin estos entrañables pícaros modernos?

   Lobato formo parte del grupo de personas que, encabezados por el sacerdote Elías Valiña, empezaron a pintar las flechas amarillas, en una tarea de revitalización del Camino, por aquellos años en decadencia. Hoy, esas flechas marcan la ruta de las estrellas y guían a miles de personas cada año hacia Santiago de Compostela. La otra motivación del caminante es "hacer una aventura porque los demás caminos los conozco y he escrito mucho sobre ellos, y además es sabido que el Camino empieza en la puerta de casa de cada uno". Lobato critica la pérdida del sentido original del peregrino, e ironiza: " Ahora en los Albergues nos falta aire acondicionado y, ya puestos, una alfombra persa, una piscina y una caja de preservativos."

   Más de dos décadas años después de colaborar en el pintado de la primera flecha amarilla, este leonés de nacimiento y riojano de adopción, confía en que "Elías Valiña, desde allá arriba, junto a Dios y a Santiago" le den fuerzas para seguir caminando. Muchos kilómetros recorridos en la vida de un hombre, todavía recuerda cuando era capaz de subir "fumando" el monte Cebreiro, en los límites entre León y Lugo, una de las etapas más características del Camino Francés

   
 
Jesus “el Jato”
  
   Oficio de hospitalero. Oficio de tradición y acogida, de mano tendida, de estar cuando casi nadie está, de encender luces acogedoras cuando en lo profundo del invierno se apagan casi todas las del Camino.
   Jesús Arias Jato, "el Jato" o Jesús para los amigos, oficia de hospitalero en Villafranca del Bierzo. A Jato le conocen en los cinco continentes. Es una referencia en la bibliografía andarina jacobea. desde tiempos ignotos, cuando aún no se había producido renacimiento alguno del Camino de Santiago, al igual que lo venían haciendo sus padres y abuelos. Personaje, adorado por muchos peregrinos, sobre todo por los mas veteranos, controvertido para otros; pero para nadie indiferente: Jesús Jato hospitalero del Camino de Santiago en su "hospital" Ave Fénix de Villafranca del Bierzo, ubicado en los alrededores de la iglesia de Santiago, muy próxima a la casa donde nació y en la que todavía hoy recuerda que su abuela le contaba que fue el hospital del Lazareto, es sin duda para todos, un autentico mito del Camino.
   Resulta una estampa corriente, al llegar al Ave Fénix y encontrarse a Jesús dando unos pases "mágicos" a algún peregrino que ha llegado con la espalda partida. Al cabo de unos minutos Jesús resopla y mira a los ojos del peregrino, "¿Bien?". El peregrino se endereza: "Joer, Jato, acojonante, no me duele, ya no me duele nada". Un grupo expectante se deshace boquiabierto, mientras la voz de Jato se hace oír de nuevo, "¿roncadores, si hay algún roncador, ya lo sabe a la habitación de roncadores". Jato entre otras cosas es taumaturgo.   
 
 
   El Ave Fénix, fue levantado por Jesús con su propias manos  y con las de docenas de ayudantes y peregrinos, a partir de unos antiguos invernaderos, después de que un incendio provocado, al parecer, por un peregrino belga, lo arrasara completamente en 1989. desde entonces piedra a piedra, fue tomando la actual forma; pero tampoco con cualquier piedra "mira esta piedra es de la catedral de Colonia, aquella, si aquella, la angular es del monasterio de Obona".
   Taumaturgo si, pero también "premio Elías Valiña" a la recuperación del Camino. Discutido por la peculiaridad espartana de su albergue, "al que no le guste ahí tiene el parador" y también por dedos acusadores que le imputan el habr implantado lo de los "coches portamochilas" y por otros más, que le acusan literalmente de "haberse hecho rico" a costa de los peregrinos. cualquiera que se asome por su albergue, descubrirá que efectivamente es un hombre rico; pero solo, rico en amigos.
    La comida, frugal pero abundante, es comunal en el Ave Fénix. Otra de las normas de la casa es que nadie sirve a nadie, así que el trasiego de fuentes de una a otra parte de la mesa es continuo. Quien tenga ganas de escucharle probablemente le oirá contar lo que es su día acaeció al lado del pozo. "Mira, poco antes de la visita del Papa, aquí durmió, en el suelo, al lado del pozo, un príncipe de la Iglesia, el Cardenal Suquia que iba a Compostela con un montón de chavales. Llevaba un chándal azul y no se quejó de nada, ¡de nada!".
 
   Jesús se sume en un largo soliloquio sobre lo que ha cambiado el Camino, echa pestes de los albergues privados: "No tienen alma, lo único que se nos puede pedir es alma, así matan el Camino. Mis padres, mis abuelos, mi mujer y mis hijas siempre hemos entendido la hospitalidad como un servicio. Yo vine desde Roma en bici cuando se me estropeó el Camión (Jato, fue, entre otras cosas camionero) y el Abad de Leyre me acogió y me permitio dormir en la cripta románica, nunca se lo agradeceré bastante".
   de muchos es conocida la anécdota de los franceses y si no siempre estará él para contarla a quien desee escucharla: "Pues resulta que venían y me decían ¿me calienta agua para el té? y yo venga a calentar agua para el té, asi que un día me encabroné y puse un letrero en español y en fracés: "Messies y madames; té 20 pesetas, calentar agua para el té 100 pesetas, megso vocú". Pero peor fueaún cuando le trataron de embargar por culpa de ciertos escombros procedentes de las obras. no ocurriéndosele otra cosa que poner un anuncio en la prensa de León que decía lo siguiente: "Subasto tres gallinas y un coche viejo para pagar el embargo que me han puesto los señores del ayuntamiento. Razón Jesús Jato".
   difícil es el día a día del peregrino; pero mientras existan lugares como el Ave Fénix y gente como Jato, dispuestos a encender una luz en la soledad del caminante, más fácil será de sobrellevar. Que el Apóstol te bendiga a ti y a todos los que a ello contribuyen.
 


Tomás "El Último Templario"

   Pasas las ruinas de Foncebadón y la subida se agudiza. Media hora después, la Cruz de Ferro destaca junto al camino. El monte Irago, cumbre totémica de los Montes de León desde tiempos de los romanos, domina la panorámica. Si buscas con la vista en el fondo de los valles boscosos, intuyes varias aldeas de piedra, abandonadas como Foncebadón. La carretera comienza a descender suavemente. Un par de curvas más allá el tañido de una campana cercana rompe el silencio. Miras a un lado y a otro y no ves iglesia alguna. Parece cosa de magia.


   Pero enseguida lo ves. Casi oculto entre la argoma, el despoblado de Manjarín aparece junto a la poco transitada carretera. La campana sigue sonando. Un hombre de barba corta te saluda con una mano mientras tira de la cuerda de la campana con la otra. Una cruz octógona roja destaca en su túnica blanca, igual que lo hace en una bandera que ondea sobre un mástil rudimentario.
Es Tomás, Tomás el Templario. Hace muchos años que dejó su vida en la gran ciudad y se vino a las ruinas de Manjarín para vivir y atender a los peregrinos. Te invita a un café o a un trago de agua de la fuente del pueblo y te cuenta extrañas historias de templarios (al parecer hay más como él) y de energías telúricas que surcan los Montes de León. Muchos peregrinos, atraídos por una atmósfera tan especial, deciden hacer noche en Manjarín. Y no son pocos los que se quedan más de una noche disfrutando de la soledad del pueblo abandonado y de la extravagante conversación con Tomás.
   El refugio, como todo en Manjarín, es precario. No tiene electricidad ni ningún tipo de comodidad moderna. Apenas cuatro paredes de piedra y madera y unas tejavanas de plástico. Pero es quizás eso, y los extraños rituales que realiza Tomás con su espada templaria, lo que atrae a quienes deciden quedarse en Manjarín.
   Sea como fuera, este peculiar castillo templario es una parada obligada en la ruta, aunque sólo sea para echar un trago de agua, acuñar el sello de Tomás en la credencial y descansar tras la larga subida al puerto. Después sólo queda bajar al Bierzo. Es un descenso largo, de varias horas, donde los tobillos agradecen unas buenas chiruca para evitar torceduras que pueden acabar arruinando tontamente el Camino de cualquiera.



Zapatones, el peregrino de Fraga
   Al llegar a la compostelana plaza del Obradoiro o los alrededores de la Catedral nos encontramos con este personaje. Su atuendo, el habitual de los peregrinos medievales, con su capa, su sombrero de fieltro y su bordón no dejan lugar a dudas. Suele estar allí plantado, como si fuera uno de esos romanos recién salidos de un cuento de Asterix que posan junto al Coliseo de Roma en busca de alguna propina. Pero Zapatones no busca propina. Él se conforma con contar a quienes llegan a Santiago rocambolescas historias en las que se convierte en una suerte de “peregrino oficial”.
-Yo soy el peregrino de Fraga -decía cuando aquel aún era presidente de la Xunta-. Como Fraga no puede inspeccionar todo el Camino, me envía a mí para comprobar que todo esta bien.
Y se quedaba tan ancho. Lo peor de todo es que cuando tras un mes de caminata diaria llegas a Santiago te lo crees todo, así que volvías a tu casa convencido de que aquel tipo era realmente el peregrino de Fraga. Lo ves allí, siempre con grupos de peregrinos recíen llegados a quienes lleva a su bar preferido, que curiosamente suele cambiar cada poco tiempo.


   
   En Fin, estos son los mas conocidos, pero hay mas, y recorriendo el Camino nos encontraremos con muchos personajes que forman parte del camino de forma permanente o circunstancialmente como peregrinos que nos sorprenderán, nos enriquecerán o nos harán ver la vida desde un ángulo distinto, y quien sabe, quizás nosotros seamos uno de ellos. 


jueves, 1 de agosto de 2013

El Camino a Finisterre


  

    
   El Camino de Santiago, que iniciaremos en Torrejón de Ardoz el próximo año en Junio, está proyectado que finalice en Santiago de Compostela; pero, como tantos peregrinos que han realizado este camino, incluyéndome yo el año pasado, nos resistimos a dar por finalizada esta aventura y deseamos prolongarla más allá, siguiendo al Sol hasta su “muerte” en el Océano Atlantico.
  Voy a plantear esta posibilidad, para los que podamos seguir hasta "El fin del Mundo".


    La peregrinación jacobea como tal concluye en la ciudad de Santiago de Compostela. Sin embargo, casi desde el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago (s. IX) en lo que hoy es la urbe compostelana, muchos peregrinos decidían prolongar su viaje a la Costa da Morte (“Costa de la Muerte”), en la zona más occidental de Galicia, frente a las bravas aguas del océano Atlántico.

   La razón de esta tradición obedece a varios motivos, todos distintos, pero todos relacionables, y su resultado es lo que se conoce como el Camino de Fisterra-Muxía. La Costa da Morte era para los antiguos –y así fue hasta el final de la Edad Media– el último reducto de la tierra conocida, la punta occidental de la Europa continental, el tramo final de un itinerario marcado en el cielo por la Vía Láctea, un espacio mítico-simbólico que tenía en la impresionante mole del cabo Fisterra (“Finisterre”) su parte más extrema.

   Era un lugar cargado de todo tipo de creencias y ritos paganos en el que los romanos (s. II a.C.) se sobrecogieron al ver al enorme sol desaparecer entre las aguas.  

   Luego, en la Edad Media, Fisterra era un lugar cargado de significado para muchos peregrinos, suponía, en aquel tiempo, completar el "camino hacia la perfección" y se "purificaba" en un lugar donde la tierra conecta con el cielo, lo humano con lo divino.
   Cumpliendo la tradición, hay que recoger unas conchas de la playa de la Langosteira como recuerdo, incluso bañarnos en ella si queremos "purificarnos", y justo en el mismo Faro, quemar algunas pertenencias del camino en un acto de purificación y renovación.
   Y, ya al atardecer, contemplar la maravillosa puesta de sol desde el cabo Finisterre. La inmensidad del horizonte, donde se funde el ocaso del sol en un mar lleno de luces y colores... supone un espectáculo indescriptible.


  
   Personalmente, para mí, Finisterre también es un lugar "mágico", el año pasado al final de mi camino desde Castellón pude disfrutar de una fantástica puesta de Sol que me dejó extasiado y que nunca olvidaré.

   En los últimos años también se ha señalizado y promocionado la variante de Muxia, que desde la localidad de Hospital se dirige a esta población marinera. Ya en la edad media algunos peregrinos se acercaban a Muxia, antes de ir a Finisterre, para visitar el santuario de A Nosa Señora da Barca, lugar en que según una leyenda la virgen María llegó en barca para alentar al apóstol en su ardua tarea apostólica. Hoy en día también está señalizado el camino que, bordeando la costa, une Muxia con el cabo de Finisterre. Como puede observarse en el croquis, la distancia entre Santiago y el cabo de Finisterre es de 90 kilómetros y, por lo tanto, se puede realizar en 2 jornadas en bicicleta, las mismas que son necesarias para ir a Muxia para aquellos que opten por esta variante.

   Las posibilidades de continuación a nuestro planteamiento inicial (terminar en Santiago de Compostela) por lo tanto son varias, caso de continuar hasta Finisterre:

1-      Hacer directamente el Camino Santiago-Finisterre, al mismo que realicé el año pasado, en dos etapas, una de 55 Km, Santiago-Olveiroa y otra de 35 Olveiroa-Finisterre.

2-      Continuar con otra etapa más hasta Muxia

3-      Realizar la primera etapa de la 1º posibilidad y en la segunda etapa en Hospital (donde está la bifurcación) seguir hasta Muxia y para terminar en Finisterre o hacer una tercera etapa desde Muxia a Finisterre, que es donde verdaderamente hay que finalizar la peregrinación.

   Decidiremos la posibilidad de continuar hasta Finisterre y que opción tomar entre los que haremos el Camino.

    A continuación haré una breve descripción del Camino a Finisterre.


Santiago-Negreira

   Salimos de Compostela por la Praza do Obradoiro, se abandona, pasando entre el palacio de Raxoi y el Hostal dos Reyes Católicos, antiguo Hospital Real, por la desaparecida puerta del Peregrino o de la Trinidad.
   Después de cruzar ante la iglesia barroca de San Fructuoso y su fachada orientada a la contemplación desde el Obradoiro, el Camino avanza por pequeñas y típicas calles, entre las que destaca la de Hortas.
   El siguiente destino es la “carballeira” (robledal) de San Lourenzo, a la que Rosalía de Castro dedica uno de los poemas de Follas Novas, obra referencial de la poesía del siglo XIX. El pazo de San Lourenzo de Trasouto, antiguo convento franciscano de origen medieval.
   Ya en el municipio de Ames, el Camino alcanza el núcleo de Augapesada, que conserva un pequeño puente de origen medieval, antes de iniciar la ascensión al alto de Mar de Ovellas, desde el que se contempla en todo su esplendor el valle de A Maía.
   En  Ponte Maceira las casas, y los restos de algún antiguo molino restaurado, se reparten a ambas orillas del río Tambre, comunicadas por el puente más significativo de todo este camino. Se trata de una hermosa construcción de finales del siglo XIV, reconstruida en el XVIII, que tuvo durante siglos gran importancia en las comunicaciones entre Santiago y las tierras del Finisterre.
   Negreira, capital de esta comarca, es la mayor población –supera los dos mil habitantes– que cruza el peregrino antes de alcanzar la costa. El pazo de Chancela da paso a esta localidad, en cuyo escudo se representa el puente que con su destrucción habría cortado el paso a los soldados que perseguían a los discípulos de Santiago que huían del legado romano de Fisterra,
es una villa de origen medieval a la que alude Ernest Hemingway en la novela Por quien doblan las campanas, tiene en el pazo de O Cotón, fortaleza medieval restaurada en el siglo XVII, y en la contigua capilla de San Mauro, sus monumentos más característicos.

Negreira - Olveiroa
   Un pequeño puente sobre el río Barcala sitúa al peregrino a la salida de Negreira. La ruta vuelve a coincidir en diversos puntos, a lo largo de este tramo, con el antiguo camino real a Fisterra. Así nos lo recuerdan lugares como Camiño Real y Portocamiño.
  Por momentos, el trayecto recorre zonas de altiplano que permiten amplias perspectivas sobre tierras de los municipios de Negreira y Mazaricos, este último ya en la comarca de Xallas, conocida, sobre todo, por su artesanía de cestería y sus originales sombreros femeninos, realizados en paja.
   Uno de los puntos de mayor interés paisajístico se ofrece al caminante en las estribaciones del monte Aro (556 m), desde el que se contempla parte de la comarca de Terra de Xallas.
   En la parte final de este tramo el agua es la gran protagonista. El río Xallas y sus riberas se hacen presentes sobre todo en Ponteolveira, cuyo puente, construido en el siglo XVI y reformado posteriormente, sitúa al caminante en tierras del municipio de Dumbría. La ruta, que discurre próxima al embalse de A Fervenza, sobre el Xallas, toca a su fin cuando se alcanza el lugar de Olveiroa, de nuevo con notables ejemplos de la arquitectura popular de la zona.

 Olveiroa - Fisterra

   A la salida de Hospital, una aldea que contó con un modesto hospital para peregrinos hoy desaparecido, el Camino se bifurca: será necesario decidir si se sigue la ruta que lleva a Fisterra o la que conduce a Muxía y al santuario de A Barca.
   Si el viajero se dirige en primer lugar a Fisterra, el camino lo llevará a las inmediaciones del santuario de A Nosa Señora das Neves (s. XVIII), con su “fuente santa” . Ya en el alto de O Cruceiro da Armada (247 m), el caminante contempla, por primera vez, en la lejanía aún, el cabo Fisterra.
    El cabo es el símbolo de la comarca del mismo nombre, por la que viajaremos en lo que queda de camino tanto si nos dirigimos a Fisterra como si lo hacemos hacia Muxía. Esta comarca, dada como pocas a todo tipo de leyendas, cuenta con una de las franjas costeras de mayor belleza de la Península Ibérica, en la que se alternan los grandes y tranquilos arenales con abruptas formaciones rocosas y un mar bravo como pocos. El marisqueo, la pesca y la agricultura, con productos artesanales de gran calidad, también contribuyen a hacer de la zona un paraíso para la vista y los sentidos.
   Cee, la primera localidad de la comarca a la que llega el peregrino, cuenta con una notable actividad comercial destaca su mercado dominical y de servicios. El pazo de O Cotón y el edificio decimonónico de la Fundación Fernando Blanco son dos de los símbolos de la localidad, en la que también destaca la iglesia de A Xunqueira, de cabecera gótica.
   Muy próxima a Cee está la villa de Corcubión, que conserva un casco antiguo declarado conjunto histórico-artístico, reflejo en gran medida de la antigua relevancia de su puerto. La iglesia de San Marcos, gótico-marinera y neogótica.
   El camino llega a Fisterra después de bordear, durante unos dos kilómetros, las formaciones dunares de la hermosa y extensa playa de Langosteira. Fisterra, localidad de recios marineros y pescadores, está ligada a la tradición jacobea desde sus inicios.
   Y el epicentro de esa relación es la iglesia de Santa María das Areas, de origen medieval, situada a las  afueras de la localidad, camino del cabo Fisterra. Una arcada, que se considera que formó parte del desaparecido hospital medieval de peregrinos, da paso a un templo en el que brilla con luz propia el Santo Cristo de Fisterra, singular talla del siglo XIV que según la leyenda apareció en la costa después de ser arrojado al agua por un barco durante una tormenta. Para muchos antiguos peregrinos, la visita, tras la peregrinación a Santiago, a la que consideraban la más occidental de las representaciones de Cristo era una forma idónea de culminar su viaje.
   En  el templo de Santa María das Areas la renacentista de la Virgen del Carmen. La capilla mayor (siglo XIV) guarda una imagen pétrea de la Virgen María, del siglo XVI. También se venera una imagen de Santiago con un ritual que recuerda al de la catedral compostelana. Aunque la portada principal es románica, en el exterior del templo predomina el gótico marinero.
   Desde la localidad de Fisterra, el peregrino debe realizar un último y corto trayecto para llegar a la punta del mítico cabo Fisterra, que nos anuncia el edificio del antiguo faro, rehabilitado para usos turísticos. El espíritu y la naturaleza, el mar y el cielo, la leyenda y el presente se dan la mano en ese extremo occidental de Europa en el que los antiguos creyeron adivinar el fin del mundo conocido, quizá definitivamente convencidos al observar sus grandiosas puestas de sol.



 
Fisterra - Muxía

   Cuenta la tradición que la Virgen María recaló en un barco de piedra en lo que hoy es el santuario de A Barca, en Muxía, para dar ánimos al apóstol Santiago en su predicación por el noroeste de la Península Ibérica. De ahí parte la significación jacobea de este lugar y su inclusión en las rutas jacobeas desde el medievo.
   La distancia entre Fisterra y A Barca es de 31 kilómetros. La primera e inmediata cita es San Martiño de Duio, en cuyas inmediaciones  se ocultarían las ruinas de la desaparecida ciudad de Dugium. Según la tradición medieval, aquí residía el legado de Roma al que los discípulos de Santiago se dirigieron para que autorizasen la sepultura en tierra compostelana de los restos del apóstol.
   El camino avanza entre aldeas, campos de cultivo, bosques y la presencia del mar, con playas tan agrestes como la de O Rostro, hasta la pequeña ría de Lires, donde es posible contemplar una notable variedad de aves. En la ruta se encuentran singulares muestras de arquitectura rural tradicional entremezcladas con notables iglesias, como las de origen románico de Santa Leocadia de Frixe y Santa María de Morquintián.
Santuario Virgen de la Barca (Muxia)

   El último esfuerzo antes de Muxía lo representa la subida al alto de As Aferroas (289 m), con sus amplias vistas. La playa de Lourido es la antesala de esta localidad, situada en un hermoso entorno costero. Fundada en el siglo XII.
   Desde Muxía, el santuario de A Nosa Señora da Barca está a un paso. A él se llega bordeando el Monte Corpiño, por el “Camiño da Pel” (Camino de la Piel), así denominado porque en sus inmediaciones se situaba una fuente en la que los peregrinos se aseaban –un símbolo de purificación y respeto al final de la ruta– antes de entrar en el santuario.

 Albergues
Albergue en Olveiroa

   Se ha pasado de no existir ningún albergue en el año 2000 a 20 albergues en el año 2013. Hay tres de la Xunta (Negreira, Olveiroa y Fisterra), 16 privados, y uno municipal gestionado por la asociación gallega AGACS (Corcubión). Los albergues con más capacidad son los de la Xunta, con más de treinta plazas cada uno.