Hoy es 17 de junio de 2014, Martes: 67 kilómetros . Una de
las etapas más duras del Camino. Nos hemos levantado a las 5.45’, hemos
desayunado en el albergue de La
Piedra y hemos emprendido la marcha a las 6.40’. El tiempo
era fresquito, pero la temperatura ha ido bajando según íbamos subiendo metros.
Los primeros 20 kilómetros
han sido de subida suave; la mayoría los hemos hecho por la nacional 6, ahora
casi desierta por la construcción de la A-VI.
Hemos ido pasando por debajo de los viaductos de la autovía,
que se alzaban como gigantescas patas de titanes. En Las Herrerías comienza una
subida algo más pronunciada que se prolonga hasta Piedrafita, si bien es una
subida más o menos suave, con algún tramo más duro. A partir de Piedrafita
comienzan los últimos cuatro kilómetros más intensos, debido no sólo a la
pendiente sino también al fuerte viento racheado, que jugaba en contra. En O
Cebreiro nos encontramos con Vicente y esperamos a que llegue Yolanda tomándonos
un almuerzo para entrar en calor. A partir de ahí comienza una pequeña bajada
para luego volver a subir hasta el Alto del Poio.
Antes hemos parado en la
escultura del peregrino al viento (Alto de San Roque), donde hemos esperado a
que llegue Vicente, que se ha confundido de vía. Nos hemos hecho unas fotos y
hemos continuado la subida. En el Alto del Poio Vicente nos ha hecho otras
fotos. Hemos bajado a tumba abierta hasta Triacastela. Hemos hecho una pequeña
parada para desentumecer los músculos y hemos seguido hasta nuestro destino:
Samos.
Pasado Triacastela suponíamos que seguiríamos bajando hasta Samos, pero
no ha sido así; nos hemos encontrado con continuas ondulaciones que nos han
terminado de rematar. Nos hemos alojado en el albergue que hay frente la Abadía Benedictina
y hemos coincidido en la habitación con otros ciclistas con los que ya habíamos
estado en otros albergues. Nos hemos duchado, hemos comido y nos hemos echado
la siesta. A las 6 de la tarde hemos dado un paseo por el río Sarria y hemos
hecho una visita a la Abadía ;
nos la ha enseñado un gracioso fraile, que tenía un móvil con el himno de
Riego. Hemos oído un trozo de misa con cantos de los monjes y órgano, y hemos
vuelto al albergue para hacer esta crónica y cenar. Buenas noches. Hasta
mañana.
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